Si explicamos
etimológicamente el término comunicación, tendríamos que remitirnos a los
orígenes de la palabra misma que deriva del latín -communicare-
el cual significa establecer un camino o un puente entre dos o mas personas y
si este análisis lo relacionamos con la educación, es a través de la
comunicación (camino o puente) que trasladamos un determinado tipo de
conocimiento, destreza o valoración hacia otras personas que esperan aprender.
Según Freire, "La
educación es comunicación, es diálogo, en la medida en que no es la
transferencia del saber, sino un encuentro de sujetos interlocutores, que
buscan la significación de los significados." Según él, "la
comunicación no es la transferencia o transmisión de conocimientos de un sujeto
a otro, sino su coparticipación en el acto de comprender la significación de
los significados. Es una comunicación que se hace críticamente".
Dewey citado por
Cirigliano-Villaverde (1997), identifica a la educación con comunicación y
afirma que "es la única situación que explica cómo puede pasar un elemento
cultural a otra persona". En síntesis como se puede educar. Y es en la
experiencia compartida donde el educando puede adquirir la igual percepción de
un contenido sostenido por el grupo social que esta incorporado en el aula.
Entonces,
podemos decir que frente a este grupo de aprendizaje, se encuentra el docente
dotado de valores, conocimientos, habilidades y destrezas que transferirá a los
que adolecen de éstos. Con el objeto de lograr la transferencia aludida, el
docente puede utilizar técnicas de grupo que, en definitiva, mejorar la
comunicación, las relaciones humanas, la organización interna del grupo, todas
habilidades que permiten una mejor adaptación al medio social.
De esta, manera
el educador ya no es sólo el que educa, sino aquel que, en tanto educa, es
educado a través de la interacción con el educando, quien, al ser educado,
también educa. Así, ambos se transforman en sujetos del proceso en que crecen
juntos y en el cual los argumentos de la autoridad ya no rigen.
Para Ojalvo
(1999) "es evidente que el educando, tanto como el educador, necesitan
prepararse para asumir los nuevos roles que requiere la educación actual. La
función del profesor como mero transmisor de información se ha ido
transformando en la de organizador y director del proceso docente".
Así podemos decir
que a través de la comunicación, la educación logra promover la formación
integral, armónica y permanente del hombre con orientación humanista,
democrática, racional, crítica y creadora, abierta a todas las corrientes del
pensamiento universal.
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